Una carretera que gira en mis labios
Una ventana con tormenta en mis ojos
Tengo miedo de mi voz de reproche
Que clamará histerias de sabios
Años de respiración privilegiada
Se empapan con el capricho de mi dolor
Con chistes hipócritas
Que saben a comida no condimentada
A la compañía que Dios me regala
No sé respirarla con alegría
Sin lluvia salada, sin síntomas
En mi mente vive el ser que me ataca
Vive en este entorno una soledad
Distinta al estar sin nadie
Que me asusta y me hace rogar A Dios que me oiga
y me rescate de esta realidad