viernes, 5 de diciembre de 2014

Shalom

 "Que Dios te dé su bendición
 Shalom, Shalom
 Te guarde Dios de todo mal
 Shalom, Shalom"

 Así es como comienza uno de mis himnos preferidos del nuevo Himnario Adventista. Hoy no ha sido el mejor día de mi vida anímicamente hablando y sin embargo siento que sería incorrecto el quejarme y no escribir sobre lo que tengo pensado.
 Como tal vez sepas, o tal vez no, Shalom es una palabra hebrea y que se suele usar como saludo entre los judíos.
 Realmente me gustaría saludarte a vos, a vos que estás leyendo esto de esa manera y ya que es viernes de noche (es decir, sábado) qué mejor momento que este.
 Por lo que he podido averiguar Shalom significa "paz"; es decir que al saludar a alguien diciendole Shalom le estás deseando que Dios le dé paz. ¿Qué puede haber más preciado que la paz? No sólo la paz "exterior a uno" es decir, paz mundial, paz en tus relaciones, paz en tu trabajo, sino paz interior. Si hay algo que he aprendido en este último tiempo es que el mundo puede estar derrumbándose y sin embargo puede ser sólo una simple brisa en tu interior si dentro tuyo hay paz. La paz interna genuina, creo yo, es algo que sólo Dios puede dar y es el mayor de los regalos. Y no estoy diciendo esto porque sea algo que he conseguido sino justamente porque es algo que anhelo tener; algo que por momentos saboreo como muy lejano y siento que se me escapa de las manos.
 Otra cosa interesante que encontré sobre la palabra Shalom es que otro de sus posibles traducciones es "salvación", es por esto que muchas veces lo que se traduce en algunas versiones de La Biblia como "ofrenda de paz" se traduzca en otras como "ofrenda de salvación". Me parecería un error de cálculo (aunque no está muy relacionado el cálculo con el estudio de las lenguas) el decir que entonces "paz" es un sinónimo de "salvación"; pero creo que sí están ampliamente relacionadas entre sí. A veces el sólo tener paz es nuestra salvación. Para mí el hombre que tiene la paz que sólo Dios otorga no importa cuántas tormentas afrente, va a seguir firme porque su interior es firme; como el hombre que construyó sobre la roca y no sobre la arena.
 Si estás leyendo esto espero grandemente que Dios haga en tu vida lo que dice en Números 6:24-26, versículos en los que está basado el himno que cité al comienzo:
 "Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro y ponga en ti paz"

Shalom, y feliz sábado



lunes, 24 de noviembre de 2014

Cuando una idea pasa por nuestra mente

¿Nunca te ha pasado que una idea pasa por tu mente y automáticamente esta te convence de que llevarla a cabo es lo más fácil del mundo e incluso de que es... es ese ALGO? Es decir, de que esa pequeña cosa, meta, acción, sueño, como quieran llamarlo que acaba de invadir tu mente es ese ALGO que estabas necesitando? ¿Ese algo que siempre supiste que te faltaba o que simplemente podría hacerte un poquito más feliz  de lo que ya sos?
A mí me pasa a menudo, demasiado a menudo. Día tras día me encuentro haciéndome promesas a mí misma  del estilo: "voy a estudiar Cine" (después de todo me encantan las películas ¿cómo puede no llegar a hacerme feliz el estudiarlo?) "voy a empezar un taller de reciclaje" (No importa que esté atravesando un cuadro de ansiedad en el que tomo como un mérito el salir un poquito cada día a la calle y no sufrir un colapso nervioso, de alguna forma me las voy a ingeniar para ir tres veces a la semana a un taller que no sé dónde está, con personas que no conozco; después de todo si voy a poder ir a la facu a estudiar Cine ¿por qué no esto?
"Voy a escribir un libro" (De alguna forma voy a terminarlo, no va a ser como los otros tres que dejé inconclusos)
Promesas que nunca termino de cumplirme porque no duran lo demasiado como para que las realice. A veces confundimos el concepto de "querer hacer algo" con el de "tener la idea de hacer algo"
¿Por qué una persona que se propone hacer dieta le cuesta tanto bajar de peso? porque en el fondo (en algún fondo, ya que cuando queremos darle un tono pseudopsicológico a la cuestión metemos al famoso "fondo" en todo) esa persona no quiere bajar de peso. Es decir, sí quiere, pero a la vez no. A ver si me explico... En un momento, esa persona se vio en el espejo y pensó que se vería mejor si bajaba unos kilos y entonces fue cuando "decidió bajar de peso"; pero ¿por qué pareciera que luego, cuando esa persona tiene la pizza al frente se hubiera olvidado de lo que quería? Yo creo que es porque en el momento en que tiene la comida al frente realmente no quiere bajar de peso, quiere comer; porque en el fondo sabe que quiere que todo el mundo la ame por lo que es ahora; no quiere estar fingiendo que no le gusta comer sólo por poder tener un mejor cuerpo ¿Un mejor cuerpo para qué? ¿Acaso no está acostumbrada al cuerpo que tiene en ese preciso instante? No, en el fondo no quiere bajar EN ESE MOMENTO. Pongo este ejemplo porque lo he vivido infinidad de veces (hasta que acepté que mi forma física no era mi prioridad y mandé todo al diablo) Pero no significa que NO QUISIERA BAJAR DE PESO; lo que aprendí es que los deseos y sueños se presentan en un momento; se presentan como un vendedor  cuando trata de hacernos comprar un zapato, hablándonos de lo hermoso que se nos vería, las fiestas a las que iríamos y con qué ropa nos quedaría bien pero que que no está presente cuando el zapato nos aprieta el pie luego de dos horas de tenerlo puesto. El sueño al principio parece lo más hermoso y bello, lo único que nuestra vida necesita, pero cuando empezamos a ver que no es así, que con la realización del sueño no vienen todos los sentimientos que en nuestra imaginación sí, lo abandonamos. Pero es ahí donde debemos abandonar los sentimientos que nos impulsaron a aferrarnos a ese sueño (esos que ahora parecen haberse trocado en sentimientos que solo nos hacen sentir que esa meta, sueño o como querramos llamarle es solamente otro error más) y acudir a la razón, a la lógica. El por qué queríamos bajar de peso en primer lugar y el por qué necesitábamos un zapato, y no toda la felicidad que creíamos que eso traería aparejado. Porque la felicidad a veces no te la dan tus metas cumplidas, sino vos mismo.
Esta tarde tuve otro de esos momentos en los que me encapricho con algo, hoy fue "Voy a escribir un blog"
Y ahora, al momento de terminar de escribir mi primer post ya siento que esa "magia" se desvaneció. De repente un blog no me parece algo para mí ni se ve tan interesante; eso sin contar que me he enredado explicando algo que ni siquiera sabía que quería explicar.
Pero no sólo es algo que se me ocurrió que quería hacer. No sólo fue una idea que pasó por mi mente. Lo estoy haciendo. Y espero disfrutarlo mientras dure.
Si estás acá por casualidad y no entendiste nada de lo que acabás de leer o tenés muchas razones para cuestionar lo que acabo de plantear ¡Bienvenido! porque yo estoy en la misma situación