lunes, 4 de noviembre de 2019

Mi manta color lila

Tengo una manta color lila. La llevo conmigo siempre.
Es suave y calentita pero ya siento que es demasiado pesada para mí.
A veces de noche siento que me quita el aire por lo pesada que es y ando buscando alguien que quiera compartirla, llevarla de a ratos .
No supe si debía regalarla o canjearla por otra de igual valor, y quise prestársela a alguien pero sentí frío sin ella; y me fue devuelta sin lamentaciones. Ahora mi manta huele a otra persona y me cuesta volver a acostumbrarme a dormir con ella; porque cada vez que quiero usarla siento como si aún no la hubiera recuperado.
No encuentro quién quiera esta manta. Esta que sabe dar tanto calor en invierno, que reconforta tanto en medio de una gripe.
No quiero poner un aviso en el diario, preguntando si alguien quiere venir por ella.
Es bonita y tierna y merece que alguien la note, que alguien la quiera llevar a casa.

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